Claridad

Se dice que un escrito es claro cuando es fácilmente comprensible para el mayor número de lectores.  La claridad se logra procurando no emplear términos, vocablos confusos, tecnicismos que puedan presentar dudas en el lector.





Nada de lo expresado debe motivar dudas ni equívocos. Las palabras han de emplearse con propiedad, condición ineludible para que los hombres puedan entenderse en un idioma.  Conviene evitar frases o modismos circunscritos —salvo casos especiales—, para que no haya malas interpretaciones. Especialmente cuando lo escrito va fuera del país o puede ser traducido a otros idiomas, es preciso atenerse a las formas generales o académicas. Las abreviaturas, las siglas y los símbolos convencionales deben emplearse correctamente, en la forma generalizada, con uso estricto para los casos necesarios. Frente a dudas sobre la escritura apropiada o posible comprensión, lo mejor es poner las palabras enteras.

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